Cartas de Cuba II

Desde Cuba nos ha llegado esta carta. Por razones de seguridad, la misma aparece sin firma, pero DeCub se responsabiliza con su autenticidad

2.3.23

Sobre las próximas elecciones en Cuba, le cuento que el pueblo cubano, al menos el pueblo de La Habana, no piensa en elecciones. Este no es un tema de interés para las personas que vivimos aquí. Le especifico que en La Habana porque es la ciudad donde vivo, aunque esta situación se repite en muchos lugares de Cuba según noticias que me llegan. Pero siempre me gusta ser objetivo para no caer en especulaciones que transformen la realidad.
En los últimos días, existe una ausencia de gas manufacturado en muchos lugares de Cuba. Yo estoy pasando por esta situación desde hace varios días. Esto no ocurre en toda La Habana, sino en los lugares donde consumimos este tipo de gas. La explicación que escuché es que el gobierno no ha podido pagar el gas al barco que lo transporta. Ahora bien, cómo es posible que no se haya previsto situaciones como esta, cómo es posible que no existan alternativas para solucionar en el menor tiempo situaciones como esta sin que se afecte el pueblo. Esto es otro elemento que demuestra que el gobierno no está apto para dirigir, se improvisa diariamente y así no se gobierna un país. Reconozco que el bloqueo impuesto por Estados Unidos afecta las transacciones bancarias y dificulta los pagos, pero, el bloqueo no es una limitante nueva, sino de hace más de medio siglo, por lo que el gobierno tiene que saber solucionar situaciones de este tipo. Este es otro motivo más para que las personas no piensen en las elecciones, pues primero tienen que pensar en cómo cocinar los alimentos para su familia. Alimentos que cuesta trabajo encontrar o comprar por los altísimos precios.
Entonces, cómo pensar en elecciones en un país donde los que vamos a cumplir 50 años de vida como yo, no conocemos otra cosa que no sea el sacrificio y las limitaciones. Este punto de vista es común encontrarlo en todo el país. Por estos días estoy leyendo el libro La Última Mascarada de la Cumbancha; su autor es Rolando Pérez Betancourt, un importante crítico de cine y periodista cubano fallecido recientemente. Trata sobre los sucesos de la Embajada de Perú en La Habana en abril del año 80. El autor plantea que en entre los asilados en la embajada había una palabra común: desencanto, desilusión. Pues mi querida amiga, estas palabras son las mismas en la actualidad. Pero lo peor es que la juventud, envuelta en el velo de la desilusión, se van de Cuba con el propósito de buscar nuevos horizontes en el mundo exterior, sea el país que sea menos Cuba. Así no hay elecciones posibles, solo un fraude o una función de circo. Las personas acuden por miedo al control, para no buscarse problemas y no caer presos, pues aunque no votar no es un delito, las personas tienen miedo a la represión.

11.3.23

De Cuba le cuento que la escasez es cada vez peor. La situación con el gas ha mejorado, pero no se ha solucionado, sigue siendo un problema grave. Pero para colmo tampoco tenemos gasolina, el lunes pasado, después de llegar de la universidad, tuve que ir a una gasolinera y hacer una cola de aproximadamente tres horas y media, la consecuencia es que el martes amanecí acatarrado y en la universidad a penas pude trabajar.
De todas formas en esa extensa fila estuve conversando con algunas de las personas que se encontraban en la misma situación que yo y me pude dar cuenta que muchos cubanos están totalmente equivocados y desconocen por completo la historia cubana y, por lo tanto, no están en condiciones de hacer conclusiones precisas y cercanas a la realidad. Para la mayoría de esas personas es muy normal la corrupción y que los altos funcionarios y sus familiares se convirtieran en los que importan mercancías en Cuba y las vendan después. Tal vez la palabra no es que lo encuentren normal, lo peor es que no pretenden luchar contra esa corrupción o denunciar al mundo esa corrupción, sino insertarse en ese mundo en el cual ganas y ganas dinero sin importar cómo. No ven la mínima posibilidad de enfrentarse a ellos y defender sus derechos y mucho más grave aún, poseen esa doble moral porque critican, pero no se enfrentan por temor a perder sus pequeños negocios. Entonces participan en elecciones y votan por un gobierno con el que no están de acuerdo, es algo bien difícil de entender, pero es así.