Políticas económicas para un periódo de transición en Cuba

El presente trabajo intenta brindarle seguimiento a  los acuerdos del Congreso «Va Por Cuba»,  efectuado en Barcelona los días 2-5 de noviembre del 2023, organizado por la Confederación cubana anti-totalitarismo y por la democracia

Experiencia de las transiciones en países que adoptaron la economía planificada

Al desplomarse el sistema del socialismo real en los países de Europa del este, donde el Estado asumía la gestión de las empresas, tuvieron que transitar hacia un sistema de economía de mercado. A sus efectos necesitaron gobiernos provisionales que facilitaran el referido tránsito.

Los gobiernos de transición se centraron en lograr una estabilización de la inflación y el presupuesto. Sin embargo, el efecto de los primeros cambios resultó en un aumento de la inflación, motivado por los precios artificiosamente bajos del extinto sistema y la demanda reprimida, es decir, el bajo nivel de la oferta. También el Producto Interno Bruto (PIB) disminuyó en los primeros dos años por la liquidación o restructuración de empresas irrentables, pero mayormente por desorganización en el proceso de restructuración económica. Aumentó el desempleo, término casi desconocido en estas sociedades, porque las empresas acogían en sus plantillas a los trabajadores, cumpliendo objetivos políticos, no económicos.

A pesar de los primeros contratiempos, los gobiernos de transición posibilitaron que las economías de esos países disfruten en la actualidad de mayor prosperidad. La superación de los indicadores económicos se ha diferenciado en los distintos países, producto de la diferente situación de comienzo, así como de la adecuación de las medidas adoptadas. La estabilidad legal, enfatizada en la seguridad de la propiedad, el cumplimiento de contratos, políticas de competencia, etc. contribuyó a propiciar el despegue. Algunos países efectuaron compensaciones a quienes fueron afectados por las expropiaciones, para reafirmar los derechos de propiedad. La privatización de la economía fue asumida por todos los países, pero con un dinamismo diferente. Unos optaron por un cambio rápido. Temieron que una lenta transición fuera aprovechada por los burócratas de antaño para detener las privatizaciones. En consecuencia, en Rusia y otros países decidieron entregar las empresas a sus trabajadores por medio de bonos.  En Checoslovaquia los ciudadanos podían comprar bonos para adquirir empresas. En todos los casos, los bonos fueron después revendidos. En algunos países la venta de los bonos fue forzada y adquiridos por los hoy conocidos oligarcas. Las empresas adquiridas por los ciudadanos y trabajadores de las mismas, no contaron con el capital necesario para convertirlas en competitivas. Hungría y Polonia liquidaron los activos estatales a privados y extranjeros. En la República Democrática Alemana una comisión vendió todas las empresas. Sus compradores fueron generalmente empresarios de la Alemania occidental. Muchas de las empresas fueron cerradas porque la competencia productiva de la Alemania Federal las aplastó, generando un fuerte desempleo.

Legado económico del castrismo

En el  primer decenio del castrismo gobernante, este disfrutó de la riqueza acumulada durante la época de la República y aunque el país comenzó a sufrir escaseses,  la sociedad apreció una armonía distributiva. A partir de la década del 70, Cuba se incorpora al Consejo de Ayuda Económica  (CAME), y adquiere los insumos necesarios que la producción requería, así como productos de consumo a  cambio de precios inflados del azúcar exportada y la acumulación de deuda.  A finales de los 80, la situación cambió al diluirse el llamado campo socialista. A partir de entonces, el país ha registrado una crisis perenne. Algo atenuó la crisis, la venta, casi gratis, del petróleo venezolano, pero también Venezuela sufrió el efecto destructivo del socialismo y la ayuda a Cuba mermó. El castrismo, sin benefactores, ha sumido en la miseria total la economía cubana.

La causa fundamental del deterioro económico lo constituye la descapitalización. La formación bruta de capital en el 2021 representó el 16,3% del PIB _1/, relación similar se ha manifestado durante una década. La escasa inversión estatal está escorada en la construcción de hoteles, que en el 2020 llegó a representar el 45,6% del total invertido, mientras el sector agropecuario alcanzó el 5,9%. En los siguientes años, la inversión en hoteles disminuye, pero al mismo tiempo, baja la inversión para el sector agropecuario, de forma tal que la diferencia en el 2023 es 17,7 veces mayor, mientras en el 2020 esa diferencia alcanzó 7,7 veces _5/. A todas estas, la ocupación hotelera en el 2021 solo alcanzó un 12,7%, mientras que el 80% del consumo de la población tiene que importarse porque el campo cubano no produce, aunque existan 917,3  millones de hectáreas de tierras ociosas, que representan el 14% de las tierras agrícolas _2/.

La inversión extranjera no fructifica. El objetivo gubernamental propuesto desde el 2013 de recibir $2.500 millones anuales, no se logró en ninguno de los años. _1/

Los sectores de la energía y el transporte reflejan un estado calamitoso, tanto por la escasez de energía como por el deterioro de sus activos.

El déficit fiscal, considerado para el año 2023 uno de los cinco países  más alto del mundo (17%). En cifras, 4.080 millones de dólares. Este indicador  desalienta la inversión extranjera. También el déficit impulsa  la inflación, la cual refleja para el mismo año un 16,5%. _3/

A pesar de las condonaciones efectuadas por países acreedores, la deuda externa actual rebasa  los $29.000 millones _1/. En el 2022 se pagó por servicio de deuda (intereses) $1.606 millones _6/. Los importadores se quejan de las tardanzas en los pagos, lo cual incrementa los intereses por créditos a corto plazo.

El saldo de bienes y servicios exportados e importados a precios constantes ha mantenido un déficit desde 2020 al 2022. _4/

La economía se encuentra estancada. Sectores de relevante importancia promedian un decrecimiento entre los años 2016-2021, como puede apreciarse en la presente tabla:

Sectores %)
Agropecuario-7,7
azucarero-9,1
pesca y mariscos-5,4
Selección efectuada por el autor en base a _1/

En el 2021, importantes alimentos disminuyen  su producción comparado con el 1989, dejando de manifiesto la crisis alimentaria existente.

Productos agropecuarios y de la pesca seleccionados en Cuba 1989-2021 
en miles de toneladas métricas. *Huevos en miles de millones, 
** Ganado en miles de cabezas 
Productos19892009201420172021
Arroz536564585404277
Maiz471327429373238
Leche de vaca924600588536374
Huevos*2.5232.4272.5722.5352.158
Ganado vacuno**4.9193.8934.1343.8663.657
Pescado/Mariscos19265565240
Cítricos825418979837
Selección efectuada por el autor en base a _1/

El propio gobierno ha declarado que el salario percibido por los trabajadores estatales no cubre el costo de la canasta básica de consumo. Peor aún lo enfrentan los pensionados y personas pendientes de la asistencia social. El sistema de salud y educación manifiestan un deterioro bochornoso.

En los últimos dos años, medio millón de cubanos emigraron, acentuando el envejecimiento de la población.

La situación antes expuesta, sin perspectivas de mejoras, conducen a una explosión que dé al traste con el Gobierno o a una implosión del mismo ante una ingobernabilidad imperante. Por ello, resulta imprescindible prever soluciones para evitar el caos. Un gobierno provisional sería la mejor respuesta, para encausar al país a un futuro honorable, pero para lograrlo es necesario prepararse.

Requisitos y objetivos en la transición cubana

Una transición en Cuba debe tomar en cuenta la experiencia de los países que abandonaron una economía centralmente planificada para instaurar una de libre mercado. El primer requisito para el tránsito será con base en la extinción de la dictadura que sustenta el sistema. De no existir una democracia o al menos aspectos fundamentales como ausencia de presos políticos, legalización de asociaciones y plena libertad de opinión, el cambio económico solo conduciría a un capitalismo de Estado, por lo que los objetivos de la transición serían mermados. La crisis cubana no es exclusivamente económica. Aunque medidas económicas han sido empleadas para asegurarse el dominio total de la sociedad. La crisis es política, es social y sobre todo, se ha dañado la autoestima del ciudadano, su valoración hacia la política, la moral, el coraje cívico. Solo bajo una estructura democrática y libre pueden recuperarse los valores perdidos.

Otro aspecto importante, es la creación y fortalecimiento de instituciones que garanticen la ejecución de las medidas necesarias, como pueden ser; procedimientos para establecer la quiebra, el respeto a la competencia, normas antimonopólicas. Entre las nuevas instituciones, sería conveniente crear una autónoma, para administrar la seguridad social, de forma que ningún gobierno futuro pueda disponer de esos recursos. Otro requisito importante es la velocidad y la integrabilidad de las medidas.

Los objetivos del gobierno provisional deberán circunscribirese a dos:

_Establecer estabilidad, fundamentalmente reduciendo el déficit fiscal  y controlando la inflación

_Constituir las bases para un crecimiento sostenido de la economía

La reducción del déficit fiscal constituye, por su volumen actual, una enorme tarea en función de lograr estabilidad, algo probado y experimentado por otros países. Pero en esos países, aunque la producción tenía problemas de calidad, producían,  la población, aunque carente de determinados productos importados, se sustentaba con los salarios recibidos. El caso cubano es distinto. El país  necesita  normalidad, y ella no puede manifestarse cuando la remuneración por el trabajo no cubre las necesidades fundamentales del trabajador y su familia, es decir, no existe un salario justo.Tampoco puede existir normalidad bajo un extremo desabastecimiento de bienes de consumo y medicinas. Por ello, resolver la anormal situación cubana complica y eleva el monto de los recursos financieros necesarios.

Es cierto que la liquidación del aparato represivo y la reducción de la inmensa estructura burocrática brindará ahorros considerables al gobierno provisional. Pero no se podrá ignorar a cierto número de trabajadores y funcionarios, como aquellos que garantizan la salud, la educación y la seguridad. Como tampoco al resto de una administración necesaria, a los pensionados y a los que necesitan una asistencia social. Aunque el número de trabajadores se reduzca fuertemente, los salarios de carácter justo superarán al total de gastos actuales en salario y sumado a la seguridad social, el incremento del gasto será mucho mayor. A ello se agrega el costo de surtir el mercado con producción nacional e importada. En conclusión que la estabilidad y la normalidad en materia económica demandará ingentes recursos financieros.  

El control de la inflación va a depender de la reducción del déficit fiscal, pero también de la cobertura de la demanda y del poder de cambio del Peso con relación al Dólar. En este último aspecto resultará muy beneficioso la entrada masiva de divisas, producto de un alza considerable del turismo y el envío de remesas. La desaparición del monopolio estatal del comercio exterior y  del consorcio empresarial de los militares (Gaesa) en el mercado interno supondrá una disminución de los precios, gracias a la competencia.

En cuanto al segundo objetivo de la transición, referente a la creación de las bases para un crecimiento de la economía, ello va a depender del acierto en el establecimiento de instituciones, como requisito arriba mencionado. También la discusión y propagación de las ideas económicas, donde se magnifique el crecimiento económico y las virtudes del trabajo, pueden influir. Entregar a un gobierno elegido un país funcionando con relativa normalidad y recursos financieros disponibles para abordar tareas de mayor proyección en el tiempo, permitirá alcanzar en una generación, producciones competitivas y mejoras el nivel de vida, para situar a Cuba entre las posiciones punteras de la región latinoamericana.

Deuda y privatización

Uno de los primeros problemas a encarar por el gobierno de transición es el tema de las propiedades confiscadas. Puede aducirse que debido a la situación desastrosa que presenta la economía, el tema debería obviarse. Pero si se pretende que el país gane en credibilidad con relación a la propiedad privada, aspecto de suma importancia relacionado con el crédito, así como para atraer las inversiones extranjeras directas, entonces resulta un tema ineludible. El principio ético de reparar algo mal hecho no deja de tener importancia, pero también lo tiene el aspecto práctico. Si Cuba se inscribe como una democracia y además se compromete a saldar los activos que fueron confiscados sin  remuneración, no existirán motivos para el mantenimiento del embargo estadounidense, lo cual redundará en un rápido y sustancial incremento del turismo y el acceso al crédito.

La tarea es compleja y su solución definitiva sobrepasá el tiempo en que culmine el gobierno provisional, que no debe ser mayor de un año. En primer lugar, el pago no se puede basar en restituir los bienes confiscados. Ello significaría caer en una cadena de litigios que impediría el buen funcionamiento de la economía. Además, el tema de la vivienda sería imposible de resolverse por razones obvias. Por lo tanto, la solución es la efectuada por otros países, consistente en compensar las pérdidas con bonos del Estado. La tarea debe comenzar por la identificación y valoración de las propiedades. Muchas propiedades extranjeras fueron compensadas en sus países por medio de deducciones de impuestos. Ellas no deben recibir bono alguno y la cuestión se resolvería entre Gobiernos. En principio, los bonos deberían ser pagaderos por el gobierno elegido y no por el de transición, que solo manejaría el aspecto organizativo.

En cuanto a la deuda externa, sería sensato iniciar conversaciones con base en las implicaciones políticas en que se produjeron determinadas deudas para la exoneración del pago o su reducción. La liquidación o pago a los deudores debe ser tarea del gobieno elegido. Pero los intereses de la deuda tienen que asumirse, al igual que los créditos contraídos a corto plazo y facilitar sin demora la exportación de las ganancias obtenidas por los inversionistas extranjeros.

La cuestión fundamental a resolver por el gobierno provisional será la privatización. Si el Estado dejará de ser  gestor económico, entonces se impone implementar el traspaso de los medios de producción y activos a otros gestores. Muy popular es la idea de traspasar la propiedad de las empresas a sus empleados. También, la de limitar la propiedad a los nuevos inversionistas en beneficio de sus trabajadores. Cualquiera de las dos ideas, reduce la posibilidad de que el país adquiera un significativo volumen de recursos, por cierto, en divisas (miles de millones), con el cual resolver la estabilidad y la normalidad requerida. El principio en que se basan las ideas mencionadas no es económico sino que tiende a lo equitativo y también a garantizar una capitalización nacional. En el aspecto equitativo resulta cuestionable; conceder a unos trabajadores específicos un derecho de propiedad, cuando otros trabajadores perderán sus puestos de trabajo o pasarán a otras funciones. Por otro lado, con qué recursos los trabajadores podrán modernizar los medios de producción y en que medida estarían dispuestos a asumir el riesgo que una inversión requiere.

En cuanto a la capitalización nacional, es bueno recordar, que durante los años del castrismo, toda, o casi toda, la capitalización fue nacional y nunca antes Cuba ha vivido peores tiempos. La participación de los trabajadores de las ganancias resulta una buena idea, siempre que no interfiera en el poder de decisión del inversionista. Una legislación, que permita e incentive  otorgarle a los trabajadores parte de las ganancias, será bienvenida, tanto por el empleador como por los empleados. Ello puede facilitar el funcionamiento de la empresa en coyunturas adversas e incentivar la productividad del trabajo porque ella conlleva a mejorar los ingresos del trabajador. A quienes la idea no debe gustar, es a los sindicatos, porque verían limitada su función reclamadora.

Entre los que defienden el proyecto de vender los activos, existen opiniones relativas a las prioridades. Se opina, que primero deben liquidarse las empresas con pérdidas y dejar para más adelante las de buenos rendimientos. Otros opinan que las empresas estratégicas deben permanecer en manos del Estado.

En puntos anteriores se ha expuesto que el problema fundamental que ha afectado la economía cubana, ha sido la descapitalización. En ese sentido, las empresas más atractivas para el capital foráneo son las que tienen rendimiento. Al mismo tiempo, existe experiencia de compras de empresas poco o nada rentables para luego cerrarlas y así evitar la competencia. En ese sentido, quienes adquieran empresas rentables y con perspectivas, como pudieran ser las del turismo, no se les va a ocurrir la idea de cerrarlas. Por otro lado, el precio de venta no será el mismo para algo que funciona bien y viceversa. Además, empresas estratégicas, como las de energía, comunicaciones y transporte, requieren una fuerte inversión, sin la cual no funcionarán adecuadamente, en función del desarrollo de la economía y la vida ciudadana.

Algo muy diferente debe contemplarse en el sector agropecuario. La propiedad de la tierra debe ser entregada a quienes la trabajan, incluyendo a los usufructuarios. La tierra es para el campesino su medio de producción, su asiento y tradición familiar. El sector, que probablemente sea quien más fuertemente haya sufrido la descapitalización, pudiera ser erosionado por la competencia de países con un alto grado de implementación técnica y que incluso subvencionan sus productos. En ese sentido, el sector debe ser protegido y la protección se concretará con el incremento de una producción competitiva. En el próximo punto se detalla la idea.

Los pequeños talleres, y restaurantes y comercios requieren su traspaso a la propiedad de sus empleados, pero no incluir en esta práctica a las cadenas de comercio manejadas por GAESA y otras Instituciones estatales.

Propuesta de medidas a implementar

La venta de los activos estatales sería el pivote que posibilite el cambio hacia una estabilidad y normalidad, porque lograr estos objetivos requerirá ingentes sumas provenientes del tesoro del Estado.

A continuación una propuesta de las medidas económicas más importantes a implementar:

Será procedente facilitarle al campesinado la adquisición de los medios de producción necesarios para incrementar la producción con  alta productividad. La adquisición de los medios puede ser garantizada por un banco de desarrollo agropecuario. El banco requiere una rápida creación y no fundamentarse en altos rendimientos, por lo que sería aconsejable que el Estado lo asuma.

Los contratos por el alquiler del personal médico a determinados países no debiera interrumpirse, pero el pago al personal tendrá que ser directo, sin intervención gubernamental. Ello implicará un descenso considerable de los ingresos del Estado, por cuanto estos servicios representan el mayor ingreso del fisco en divisas. Pero en una Cuba libre, el trabajo esclavo no tiene cabida.

El pago a los trabajadores de las empresas mixtas será directo, sin la intervención de empresas estatales que sustraigan al trabajador la mayor parte del ingreso pagado. Ello redundará en la mejora sustancial del ingreso de los trabajadores. Las empresas mixtas pueden continuar su estatus, si el inversionista así lo desea. De lo contrario deberá adquirir la parte correspondiente al Estado. El sistema de empresas mixtas puede continuar, pero como una oferta del Estado, no como un requesito para invertir.

El monopolio estatal del comercio exterior y el interior, representado este último por las cadenas de tiendas, debe desaparecer. Ello redundará en el establecimiento de una competencia que tienda a disminuir los precios y aumentar la oferta.

Los precios los determinará el mercado. El control de precios y las subvenciones serán suprimidos. Lo anterior significará un incremento de los precios de los productos actualmente controlados, es decir, no todos los precios subirán. Para compensar esta inflación, los trabajadores dependientes del Estado recibirán un salario justo, luego de haberse reducido la carga burocrática innecesaria, la policía política, los órganos de apoyo a la dictadura y las plantillas de las empresas que dejarían de ser gestionadas por el Gobierno. La inflación causada no debe afectar a los trabajadores necesarios para el funcionamiento del Gobierno, tampoco a los que mantendrán el sistema de salud y educación y a los ciudadanos dependientes de la seguridad social. El incremento de los ingresos de buena parte de población, anteriormente detallado, sumado al de los nuevos empresarios, trabajadores de las empresas mixtas y campesinos, lograrán convertir el deprimido mercado interno en un elemento interesante para el fomento de la inversión.

La tasa de cambio se adecuará a la oferta y demanda del mercado. La dualidad monetaria debiera mantenerse. El malestar provocado por recibir el salario en una moneda subvalorada y tener que comprar con otra, de un alto valor, carecerá de sentido, si el ingreso en Pesos puede cubrir los precios, para  el pago de los productos en cualquier moneda. Una tasa de cambio flexible,  y transparente, unido a una mayor oferta acarreada por la liberación de las fuerzas productivas, fortalecerá el Peso. Existe una experiencia; en los tiempos del eufemísticamente llamado “periodo especial” la tasa informal de cambio se disparó sobre los 100 Pesos por dólar, para bajar rápidamente, cuando se autorizó el mercado campesino y despenalizó la circulación de dólar.

La dualidad monetaria puede infundir confianza a los inversionistas en cuanto a la estabilidad de la moneda. Desde un aspecto pragmático, el Peso, el billete, actualmente escasea y no se sabe si contarlo o pesarlo. El gobierno provisional no va a disponer de tiempo para contratar nuevas emisiones de Pesos, que además resultan caras. Con el levantamiento del embargo, un incremento del turismo de envergadura tendrá lugar y fundamentalmente de USA. La llegada de remesas también se incrementará, ya que pueden servir para invertir, no solo para alimentar. Además, sus receptores lo harán en dólares directamente. Ambos aspectos suponen un incremento considerable de la masa física de dólares circulando.

Resulta recomendable que el impuesto sobre las ganancias sea competitivo para atraer inversiones directas. Los nuevos empresarios cubanos de pequeñas empresas,  podrían obtener una abstención de pago durante el primer año de ejecución. Pero en lo concerniente a la seguridad social, todo el que reciba un ingreso deberá cotizar obligatoriamente, para lograr una capitalización del seguro social, hoy inexistente.

El estado de la infraestructura del país es calamitoso. Vías, suminostro de agua, viviendas, etc. Pero el gobierno de transición, no contará con los medios, ni con el tiempo para mejorar la situación. Concluir obras iniciadas y dar mantenimiento serán las medidas en que debe concentrarse el esfuerzo.

Resumen

Todo cambio radical implica un trauma. Los países del este europeo lo sufrieron. Lograron estabilidad, reduciendo el déficit fiscal y controlando la inflación, pero les tomó algunos años, y padecieron desempleo con decrecimientos productivos. Todos estos problemas han sido superados y la economía se ha reactivado en la actualidad. Los países que comenzaron los cambios bajo condiciones democráticas y proyectaron su producción hacia las medianas empresas, son los que hoy disfrutan de mejores estándares de vida con relación a tiempos anteriores.

Cuba, puede sufrir menos traumatismo en comparación con los países antes señalados. Fundamentalmente, gracias a aprovechar la experiencia y porque el castrismo, en su afán de conservar el poder, ha llevado a una situación extrema la economía y a sus ciudadanos, por lo que, cualquier nueva medida para solucionar los problemas tendrá una buena acogida.

Las medidas descritas en los puntos anteriores procuran no solamente la estabilidad, sino también la normalización del país, para lograr mejorar la economía sin descuidar el progreso del nivel de vida. Su logro se apoya en dos elementos; la venta de los activos estatales, tanto a extranjeros como a cubanos, y la creación de un banco de fomento agropecuario estatal para el incremento de la base alimentaria y futuras exportaciones. Bajo el principio de la economía de mercado, las propuestas de acciones para un gobierno de transición pretenden desatar las fuerzas productivas y al mismo tiempo crear las bases para que gobiernos electos democráticamente puedan conseguir un crecimiento sostenido de la economía y la sana convivencia de la sociedad.

Emilio Hernández

Fuentes:

 _1/  Economía cubana en tiempos de crisis. Indicadores de su magnitud – La Joven Cuba

 _2/ ONEI  09 Agropecuario 2022.xls (gob.cu)

_3/ Cuba entre los cinco países del continente con inflación crónica, según la CEPAL (cibercuba.com)

_4/   Anuario Estadístico de Cuba 2022 | Oficina nacional de estadísticas e información (gob.cu)

 _5/  Cuba invierte cuatro veces más en hoteles y restaurantes que en Salud Pública y asistencia social (cibercuba.com)

_6/   Ceder hoteles y recursos nacionales a los extranjeros no daría para pagar la enorme deuda de Cuba – 14ymedio

07 Empleo y Salarios 2021.xls (gob.cu)

05 Cuentas Nacionales 2023.xlsx (gob.cu)

Cuba: Medidas para Desencadenar y Hacer Mejor la Transición hacia una Economía de Mercado – ASCE (ascecubadatabase.org)

Europa oriental y la antigua Unión Soviética: una década de transición – Finanzas y Desarrollo – Junio de 2002 – Pradeep K. Mitra y Marcelo Selowsky (imf.org)

Economías en transición: Análisis del FMI sobre los avances y las perspectivas — Estudio temático (imf.org)