To change or not to change, that is the question

Desde el 31 de Julio del 2006, cuando el general Raúl Castro asumió el gobierno de Cuba, se ha creado dentro y fuera del país una expectativa relacionada con la probabilidad de que se introduzcan en el sistema cubano cambios o reformas. En este sentido se han establecido dos grupos de opinión, aquellos que piensan que nada en lo fundamental cambiará y los que ven la inminencia de la puesta en marcha de reformas. Cabe señalar que en ninguno  de los dos grupos se puede distinguir un grado de apoyo o rechazo al sistema imperante. En cada uno de ellos se manifiestan estas posiciones. El objeto de estas líneas es reflejar los argumentos fundamentales que sustentan las previsiones contrapuestas a partir de una determinada lógica y no precisamente los deseos que unos y otros puedan asumir.

 Los que apuestan por el inmovilismo se apoyan en lo siguiente: La transición del Poder hacia el general Raúl Castro se ha efectuado en la mayor tranquilidad, lo cual denota el grado de funcionamiento de las instituciones. En el aspecto económico los subsidios petroleros recibidos por Venezuela y el establecimiento de acuerdos en que se intercambian maestros, médicos e instructores deportivos cubanos por bienes de Venezuela han venido a sustituir en buena medida los subsidios recibidos por la URSS (expertos calculan los subsidios venezolanos entre 1500 y 3000 millones de dólares) Al mismo tiempo el país viene extrayendo cantidades importantes de petróleo,  las cuales garantizan actualmente el 50% del consumo y se estiman reservas apreciables de petróleo y gas submarino en la cuenca del norte de la Habana, en cuya búsqueda están enfrascadas importantes empresas extranjeras. De emerger el hidrocarburo en cantidades comerciales suficientes, el país no sólo resolvería muchos de sus actuales problemas, sino que se situaría en una mejor posición internacional, tanto en lo económico como en lo político. Aunque nadie verdaderamente serio cree en las cifras de crecimiento oficiales, basadas en una singular metodología para valorar las actividades de educación, salud y deporte, el país muestra a partir del 2003 crecimientos sostenidos, razón por la cual se considera que la crisis de los 90 se ha detenido. Con China se ha duplicado el intercambio comercial con relación al último quinquenio y se ha obtenido un crédito de este país por 500 millones de dólares. En el plano internacional, el surgimiento de gobiernos coincidentes con el perfil cubano y otros de centro izquierda en Latino América garantizan un respaldo total a las políticas y accionar del gobierno cubano.  También el apoyo del gobierno español, para que la Unión Europea levante definitivamente y sin reparos las sanciones a Cuba establecidas en el 2003, funciona en el mismo sentido.  

 Ni entre los más optimistas del grupo que augura cambios en Cuba, existe la idea de que los mismos conlleven a una economía de mercado, así como tampoco a una apertura que signifique libertad de expresión y asociación. Más bien los cambios que se prevén son de carácter económico, para liberar en alguna medida las fuerzas productivas, que unidas a la eliminación de una serie de prohibiciones, harían más llevadera la vida de los cubanos. Las razones que invitan a pensar que el gobierno introducirá estos cambios son las siguientes: La crisis de los años 90 no ha sido superada, es decir no se han alcanzado los niveles productivos de 1989 y los crecimientos reflejados en los últimos años son insuficientes para hacer que el país alcance al menos los estándares que disfrutó hasta la desaparición del campo socialista.  La realidad de que el actual gobierno ha dejado de ser carismático obliga a que el mismo satisfaga los necesidades más imperiosas de la población, pues de lo contrario se pondrá en peligro su estabilidad. Los problemas fundamentales que aquejan a la sociedad cubana son producto de los bajos niveles de producción y productividad. Así, la producción de viandas y hortalizas, la cual nunca ha sido suficiente, retrocedió durantes los dos últimos años. Ello obliga a que se continúe aumentando la importación de alimentos _actualmente se importa el 84% de la canasta básica, mientras crece el área de tierras improductivas_ Las posibilidades de suplir las necesidades por medio del comercio externo disminuyen. El déficit comercial en el 2006 significó 6,7 miles de millones de pesos, un 20,6%  mayor que el año anterior. Ello ha repercutido en el crecimiento de la deuda externa, declarada en 15,4 millones de pesos al finalizar el pasado año. El turismo disminuyó en el 2006 en un 3,4% y en los meses de Enero y Febrero del 2007 se apuntan caídas del 7 y 13%, meses de alta afluencia turística. La producción azucarera continúa su desplome y el volumen de producción estimado de la última zafra es el peor de los últimos 100 años. La vivienda, uno de lo más graves problemas que afectan a la población, presenta un déficit según cifras oficiales de 600,000 unidades (el 18 de Octubre el periódico Granma reprodujo una declaración del presidente del Instituto Nacional de Viviendas, donde el mismo planteaba que no se cumpliría el plan para el 2007 ascendente a 70.300 viviendas, dado que en la fecha apenas se rebasaba el 50% de lo previsto) El transporte, a pesar de las compras de ómnibus chinos, muestra una situación calamitosa. Los sistemas de salud y educación, estandartes de las conquistas revolucionarias, tienen serias deficiencias, el primero por la salida de personal especializado al extranjero y el segundo por la calidad del profesorado, formado urgentemente con jóvenes de corta edad.  Por otro lado se afirma que la sociedad actual es bastante distinta a la que precedió a los años 90. Las  remesas en dólares y la creación de empresas de capital mixto han hecho desaparecer el relativo igualitarismo en el consumo de la población y la élite dirigente ha comprobado la mayor eficiencia de métodos capitalistas de gestión. 

Que la sociedad se ha transformado se ha visto en alguna medida confirmado por determinados hechos acaecidos en el presente año. A principios del 2007 se llevó a cabo una inusitada polémica _1/ entre la intelectualidad cubana, empleando el canal de los e-mails. Los mensajes comenzaron ante el temor de determinados intelectuales al regreso de políticas represivas de los años 70, el llamado quinquenio gris. Luego se sumaron otros intelectuales de dentro y fuera de Cuba,  señalando que la represión no era cuestión del pasado y planteando medidas concretas pro libre expresión. Concluida la discusión, tras una hábil maniobra del gobierno, surgió un nuevo debate_2/. La iniciadora fue una periodista oficialista con el articulo titulado “El revolucionario riesgo de la verdad” publicado en Kaos en la red. En el mismo la periodista hace críticas y sugiere cambios que aunque nada novedosos, sólo habían sido expuestos anteriormente  por disidentes. A continuación, otros desde Cuba y sin situarse en la disidencia han continuado enriqueciendo la lista de las inconformidades. Pero como si esto no fuera suficiente, también desde sitios web han surgido voces amigas, de la izquierda internacional, que invocando a Marx, Trotzki, Gramsci, etc. y luego de un elogioso preámbulo a los logros de la Revolución Cubana, pasan a plantear severas críticas al actual status _3/.

 El pasado 26 de Julio el general Raúl Castro leyó un discurso donde planteó la necesidad de llevar a cabo “reformas estructurales”. Posteriormente hizo un llamado a la población a discutir “sin temores” el discurso, para concebir una estrategia que conlleve a los cambios necesarios. Estas discusiones se llevan a cabo en los núcleos del partido, sindicatos y Comités de Defensa de la Revolución. Si bien es cierto que un llamado como éste fue efectuado en 1991, cuando se preparaba el IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, ignorándose en el mismo todas las recomendaciones de la población, lo cual con razón crea escepticismo, el permiso de expresarse sinceramente está siendo aprovechado para plantear cuestiones medulares. Así, el exótico vocablo debate para un pueblo que en casi 50 años sólo ha oído hablar de combate ha tomado forma concreta, pues  lo acontecido en la red, por carecer de posibilidades de aprovechar los avances de las comunicaciones de nuestro tiempo, no ha sido de su conocimiento.  

 Para el grupo que apuesta por el cambio, las palabras del general, la convocatoria a la discusión abierta y la tolerancia a las críticas  “espontáneas”  suponen un respaldo a su visión. Sin embargo, el grupo adverso sostiene que todo es retórica para ganar tiempo y lograr una catarsis colectiva, y exponen como prueba de ello que las discusiones del discurso no han sido promocionadas, ni apenas mencionadas por la prensa y como mayor evidencia, que después de más de un año de regencia del nuevo gobierno no se ha impulsado ninguna medida  que implique algún cambio significativo.  

 La repuesta a la disyuntiva sobre el futuro cubano la dará_ como siempre_ el tiempo. Sólo que en el caso que nos ocupa parece ser muy breve.

 Emilio Hernández

 Fuente:

 Diario Granma
 Oscar Espinosa Chape_ Cuba, opciones para un futuro digno, http://www.desdecuba.com/19/articulos/5_01.shtml
 1/ http://www.desdecuba.com/polemica/index.shtml
 2/ http://www.desdecuba.com/19/articulos/11_01.shtml
 3/ Antonio Arencibia, Criterios anarquistas dentro de Cuba en el debate de las reformas, www.cubanalisis.com