Sorpresas en la otra orilla

Es harto conocida la anécdota, casi la leyenda, de una familia que luego de haber estado varios días remando en el estrecho de la Florida, al arribar a la costa dieron emocionados gritos por la libertad y contra la dictadura; pero no habían llegado a Miami, sino a Varadero.

Está el caso de Colón que navegó angustiosos meses con la obsesión de desembarcar en la India para acabar descubriendo el nuevo mundo, y muchos ejemplos más, gente que sale de su casa para su boda y termina encontrándose con la muerte, que compra ropa de niña y les nace un varón, que lo invierten todo para que el hijo sea boxeador, pero el muchacho les sale bailarín de ballet ¡excelente bailarín!

En sus penúltimas reflexiones del 14 de noviembre*, el ex presidente cubano Fidel Castro, refiriéndose a algunos gobiernos que declaran que apoyan a Cuba para facilitar la transición, lamenta que, “después de las vidas ofrendadas y tanto sacrificio defendiendo la soberanía y la justicia, no se le puede ofrecer a Cuba en la otra orilla el capitalismo.”

La metáfora de “la otra orilla” implica en este caso una alusión a ese sitio que se encuentra al final de un camino. Eso me lleva a recordar las vidas ofrendadas y el enorme sacrificio de todos los que lucharon por derrocar la dictadura de Batista. Después de anhelar durante tanto tiempo las libertades políticas y el pleno disfrute de los derechos ciudadanos, no se le podía ofrecer a Cuba en “la otra orilla” una nueva dictadura.

Desde el punto de vista del autor de la mencionada reflexión la soberanía y la justicia son patrimonio exclusivo del socialismo; tal vez hable de nuestra propia soberanía, la de los años en que Cuba estaba en el CAME y algunos ministros cubanos tenían un alter ego de la GOSPLAN soviética con el que debían ventilar las más importantes decisiones; hablará supongo de nuestra propia justicia, atestada de juicios sumarísimos, de procesos contra la peligrosidad pre delictiva, de condenas basadas más en la presunción que en la evidencia.

Debería ser el pueblo cubano el que tuviera la oportunidad de decidir en cuál sistema desea vivir en el futuro: el socialismo, el capitalismo u otro que pudiéramos inventar, pero lamentablemente hay una clausula en la Constitución de la República que niega la posibilidad de escoger, pues solo se reconoce el derecho a aceptar el socialismo. Eso fue, no lo que nos ofrecieron, sino lo que nos impusieron, en esta orilla al final del camino.

*Reflexiones del compañero Fidel: La reunión de Washington.
/Granma/ 15 de noviembre de 2008 pag. 2


Reinaldo Escobar 

Artículo tomado de Desdecuba.com