El último armagedón

El lunes dos de Marzo los cubanos despertaron con la noticia de una amplia reestructuración gubernamental, por la cual se “liberaba” a ocho ministros, dos vicepresidentes del Consejo de Ministro, así como a su Secretario, función esta última desempeñada por Carlos Lage. 

 La reestructuración no debió causar sorpresa porque la misma venía siendo anunciada por el General Raúl Castro y su preámbulo fue la designación de cuatro nuevos Vicepresidentes del Consejo de Ministros en días anteriores. Lo que causó conmoción fue la destitución de Carlos Lage, y Felipe Pérez Roque como ministro de Relaciones Exteriores. El primero, por ser considerado como un Primer Ministro, arquitecto de las reformas de los noventa y el segundo por considerarse el delfín de Fidel Castro, el mejor interprete de su pensamiento. Analistas del tema cubano asociaron estas destituciones con la de Otto Rivero -Vicepresidente para la batalla de ideas- y la de José Miyar, el cual pasó de Secretario del Consejo de Estado a Ministro. Estos cuatro dirigentes eran los últimos, así llamados, talibanes (pasaron de la Universidad a trabajar directamente en el grupo de apoyo de Fidel Castro) que faltaban por demover. La operación se estimó como una manifestación de independencia y fortalecimiento de la autoridad del General Castro. Más este supuesto quedó en entredicho al día siguiente con una “reflexión” del compañero Fidel en la cual acusaba de indignos a Lage y Pérez Roque, sin mencionar sus nombres “La miel del poder, por la cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno” “El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos”. La certeza sobre el destino de las denuncias la proporcionaron al día siguiente dos cartas, casi idénticas, de Lage y Pérez Roque, donde éstos renunciaban a todos los cargos, de los cuales aún no habían sido relevados, asumían como ciertos los errores que se le señalaron y hacían constancia de su fidelidad a Fidel, Raúl y al Partido. 

Independientemente de las acusaciones del Máximo Líder, lo cierto es que los talibanes, promovidos por él a las más altas instancias e incluidos en su Proclama de Julio del 2006, donde a causa de su intervención quirúrgica nombraba a los dirigentes que continuarían su trabajo, ya son historia y también es cierto, que las informaciones acerca de los errores cometidos, provienen del aparato de Seguridad, controlado por Raúl Castro. Ahora bien, lo que si llama la atención y causa asombro es el momento y la forma en que se efectúan estos cambios. 

 Dos presidentes se encontraban en la Isla y un evento internacional “además de ambos presidentes, estaban presentes tres premios Nóbel, siete ministros de economía o finanzas, o presidentes de bancos centrales de América Latina, así como representantes del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional”[1], en el cual participaban importantes personalidades, se estaba desarrollando cuando se utiliza contra dirigentes que gozaban en el exterior de un reconocimiento y determinada simpatía un procedimiento del más rancio estalinismo.

 Ocho Presidentes Latinoamericanos habían visitado recientemente el país para manifestar su apoyo al nuevo gobernante y sus simpatías por el enfermo líder. Raúl Castro había tenido una gira exitosa por cuatro países y en estas acciones, independientemente que no fueron éxitos exclusivamente suyos, estaba presente el trabajo del canciller.

 La mayoría de los ministros sustituidos responden a la esfera económica, donde Lage ejercía influencia, pero no era necesario asociar su relación con los mismos para sustituirlos. Nada más evidente de la incompetencia de estos ministros que la actual situación económica. Si se quería también vincular a Lage con el mal trabajo, no era necesario denigrarlo. Él, además de tener un reconocimiento externo, gozaba de cierta simpatía en la población, por su fama de austero y sencillo. Un buen ejemplo de ello, es que obtuvo en las últimas elecciones de la Asamblea Nacional  más votos que el propio Raúl Castro. El pueblo cubano, por la repeticióncíclica de hechos semejantes popularmente conocidos como armagedón,  no cree en estas cartas de arrepentimiento y en los supuestos errores. Una buena interpretación de estas condenas públicas la ofrece el analista Armengol[2] con el símil del dueño de una carnicería; el cual dice de pronto a los clientes, que ha tenido que despedir al carnicero porque después de diez años ha descubierto que no se lavaba las manos cuando iba al baño.

 Una especulación sobre la premura y la forma de los reemplazos de Lage y Pérez Roque pudiera encontrarse en el factor Obama, que por cierto unos días después de los sucesos, ha dejado sin vigor las limitaciones impuestas por el presidente Busch a los viajes a Cuba de los cubanos residentes en los Estados Unidos, así como la obligación del gobierno cubano de pagar en efectivo y en forma anticipada las compras de alimentos y medicinas. Ante este acercamiento es posible que el nuevo gobernante pretenda rodearse de personas de su entera confianza y que además garanticen una futura sucesión basada en las instituciones, léase los Históricos, el Ejercito y el Partido. 

Los cambios en el gobierno por otra parte no parecen significar una apertura en el orden económico y mucho menos político. En este sentido lo que se ha evidenciado en los últimos tiempo es el incremento del control económico, como medio para superar los desvíos de recursos, sin afrontar sus causas. Resultado; una intensa represión sobre la sociedad. El consejo primo de Maquiavelo fue que “al Príncipe se le debe amar y temer”. Pero al parecer el General considera lo primero como una misión imposible y ha optado por el segundo consejo: “de no ser posible esta combinación, entonces, preferiblemente temido”.

 

Emilio Hernández

Fuentes:

[1] Yáñez, Eugenio “El raulismo en apogeo” Cubanalis.com

[2] Armengol, Alejandro, “La incertidumbre” El nuevo Herald.com

Nota oficial del Consejo de Estado” Radio Rebelde.cu

Ravsberg, Fernando “Las mieles del poder” bbc.co.uk

Matos, Huber “Las consecuencias de la purga en Cuba” cubalibredigital.com