La agenda de discusiones

Ahora que parece inminente que se produzca un diálogo entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, sale a relucir una de las aristas más espinosas del tema: que los norteamericanos reconozcan a los mandatarios cubanos como los legítimos gobernantes de la nación.

 Desde enero de 1961, cuando USA rompió las relaciones, el tratamiento dado por los diferentes gobiernos de los Estados Unidos al de Cuba pudiera ser comparado al procedimiento que sigue un negociador cuando habla con un secuestrador que mantiene cautivos a sus rehenes. Quizás sea por eso que Raúl Castro exigió con tanto énfasis en la Cumbre del  ALBA que podría discutir de todo con los norteamericanos a condición de que fuera en igualdad de condiciones.

 Hay que reconocer que la parte cubana nunca (excepto en discursos muy ideologizados) ha tratado a ningún gobierno norteamericano como un usurpador que toma o mantiene el poder en contra de la voluntad del pueblo. Para sustantivar esta abstracción, Fidel Castro nunca negó que Eisenhower, Kenedy, Johnson , Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush (padre), Clinton, Bush (hijo), hayan sido los legítimos presidentes del pueblo norteamericano. Sin embargo, todos ellos lo consideraron a él como un dictador.

 Ahora, Obama afirma que está dispuesto a llevar las relaciones entre los dos países en una nueva dirección y que su administración podría discutir una amplia gama de asuntos, desde los derechos humanos a la libertad de expresión, las reformas democráticas, las drogas y los asuntos económicos. Por su parte, Raúl Castro, mientras gesticulaba como si estuviera declarando la guerra, anunció una agenda similar cuando dijo estar dispuesto a discutir sobre cualquier cosa, incluyendo los temas de los presos políticos, los derechos humanos y la libertad de prensa.

 Mi impresión personal es que Raúl Castro ha elegido al señor Obama como un interlocutor válido para debatir temas que tendría que discutir con sus opositores, vivan estos en el exilio o en la isla. Para llevarlo más lejos, son los temas de política interna que tendrían que discutirse en el seno del Partido Comunista en su próximo congreso o entre los diputados en la próxima sesión del Parlamento. Entiendo que hay que hablar con los Estados Unidos sobre muchos temas, como son los asuntos migratorios, el control de las drogas en la región y asuntos más complicados como el de las propiedades confiscadas o la indemnización que reclama el gobierno cubano por los daños ocasionados con el bloqueo, pero no me imagino al presidente de mi país comprometiéndose con el jefe de una potencia extranjera a que va a soltar prisioneros, que va a permitir que los ciudadanos expresen libremente sus opiniones y los va a dejar salir de la isla cuando quieran. No lo entiendo. Esa es la agenda de los secuestradores cuando le van a pedir al mediador que les sitúe un avión con gasolina en el aeropuerto más cercano.

 Reinaldo Escobar 21.04.09
 Artículo tomado de www.desdecuba.com/