Cuba y el corcho

El gobierno cubano ha desatado, a través informaciones _[1]/  vertidas por altos personeros del mismo, el temor por el regreso de los apagones. Ello se atribuye a la crisis internacional y el aumento del gasto de energía de entidades estatales. El periódico Granma enfatizó la situación con el lema “ahorro o muerte”. Pero junto a los mensajes sobre la energía también se ha dicho que se dejarán de percibir en el presente año unos 1000 millones de dólares por la reducción del precio del níquel y la disminución del turismo. Que la situación financiera se torna crítica, marcada  por el intercambio comercial del primer trimestre del 2009, donde las importaciones significaron el 78%. Todo esto ha ocasionado que se hayan congelado las cuentas bancarias _[2]/ de las aproximadamente 300 empresas extranjeras que operan en el país. Esto viene sucediendo desde hace seis meses, algo inédito en tal magnitud, ni siquiera en la década del 90, tras el desplome de la Unión Soviética y sus subvenciones. 

Indiscutiblemente la crisis  internacional debe afectar la endeble economía cubana, tan dependiente del exterior. Ella viene a sumarse a las perdidas ocasionadas por los tres ciclones que azotaron la Isla en la pasada temporada ciclónica y cuyas pérdidas se estiman en 10,000  millones de dólares. Estos son los argumentos que el gobierno cubano está brindando a la población para que esta se apreste a resistir los malos tiempos con estoicismo y conformidad.

Pero la actual crisis no viene más que a profundizar a la que ya suma 20 años, conocida eufemísticamente como “período especial”  Se suma al déficit de viviendas sin solución en el horizonte, al incremento de la deuda externa, el abasto de agua, etc.

No será fácil achacar a la crisis internacional el anuncio de la caída del 7,3% de la producción agrícola en el primer trimestre en comparación con igual período del anterior año, así como el descenso de un 33% del sacrificio de cerdos, el 28% de carne de ave y el 4% _1/ de huevos; cuestiones que no responden a una ausencia de demanda, pues la cubana es gigantesca. Tampoco,  que el transporte de pasajeros _[3]/, quizás el único aspecto que marcó una mejora significativa a partir del gobierno del general Raúl Castro, esté dando muestras de deterioro a causa de roturas de los ómnibus chinos, recientemente comprados, cuyas reparaciones se dilatan por falta de piezas de repuesto y neumáticos, una historia bien conocida por su frecuente repetición en 50 años. Tampoco servirá para  justificar el deterioro de los estandartes del socialismo fidelista en los últimos años: salud, educación y deporte. 

No será fácil achacar las penurias a el imperialismo. En el mes de abril el presidente Obama eliminó las prohibiciones de viajes y remesas a los cubanoamericanos, así como eliminó la exigencia del pago adelantado de las importaciones cubanas _[4]/. También autorizó llevar el cable de fibra óptica a Cuba. En el mes de Mayo el presidente americano volvió a extender la mano al anunciar la posibilidad de reanudar las conversaciones migratorias con el gobierno cubano, establecidas desde el 1994  y suprimidas desde el 2003 por el gobierno del presidente Busch. Al mismo tiempo restablecer el servicio postal directo, sin recurrir a terceros países, como desde décadas se viene practicando entre ambos países. A los gestos de acercamiento señalados hay que añadir las simpatías que desde un principio ha provocado el nuevo inquilino de la Casa Blanca en la población cubana.

Por otra parte las esperanzas cifradas en el general Raúl Castro a partir de sus críticas a los problemas que sufre la población y a su promesa de cambios estructurales se han esfumado. Se ha hecho evidente que el general ha continuado asumiendo su papel de segundón, dado la aparente mejoría del Líder Máximo, que desde su escondite de convaleciente infinito, agrieta las relaciones internacionales y paraliza cualquier  acción interna que huela a reforma por medio de las llamadas “Reflexiones”. 

¿Cómo responderá el pueblo cubano ante la situación que se le avecina? Quizás con resignación. Pero también pueden desarrollarse sucesos que hagan temblar a los hermanos Castro. Precisamente en este año, como nos hizo en su momento recordar el periodista Pablo Alfonso [5]_/, se cumplen los 15 años que marcan un ciclo de explosiones: el éxodo masivo de Camarioca; Mariel, por lo de la embajada del Perú; los balseros autorizados, por lo del Habanazo. Y es que 15 años demarcan una generación, una nueva, que no se conforma con lo que se conformó la anterior. 

Un amigo me describía la situación cubana como una botella repleta de gases que pujan por salir de la misma y que sólo son contenidos por un corcho. A la vez, la presión externa (léase USA) disminuye, dificultando la resistencia del corcho y favoreciendo la salida de los gases.   El corcho es el inmovilismo. Si bien es conocida la facultad de flotar del corcho en las aguas más turbulentas, también resulta factible en el símil expuesto, que el mismo pudiera salir despedido por los aires.   

Emilio Hernández

Fuente:

[1] Alfonso, Pablo “Las malas noticias” http://www.decub.de/CubaJournalEs/Novedades/noticias.htm
[2] Arreola, Reinaldo “Cuba tiene congeladas desde hace 6 meses las cuentas bancarias de empresas extranjeras” http://www.tribunalmmm.gob.mx/ipj/ipj.asp?id=13358
[3] Pérez Belete, Leonel Alberto “Empeora el transporte” http://www.cubanet.org/CNews/y09/mayo09/25_C_4.html
[4] Alandete, David „EE UU permite viajar libremente a Cuba”   http://www.elpais.com/articulo/internacional/EE/UU/permite/viajar/libremente/Cuba/elpepuint/20090414elpepiint_2/Tes
Univusión “Eliminan restricciones de viajes a Cuba” http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=1866230
[5] Alfonso, Pablo “Un fantasma recorre a Cuba”  /www.diariolasamericas.com/news.php?nid=77326