Iniciativas para acelerar el final

El 11 de julio nos sorprendió a todos y a muchos nos llenó de esperanzas. La actualidad, sin embargo, refleja un ambiente sombrío. En las calles de Cuba se respira miedo. La represión no se hizo esperar. Los valientes que salieron a protestar fueron arrestados en sus viviendas. También aprovechó el gobierno cubano la circunstancia para encerrar a prominentes disidentes. La fiscalía de Cuba informa hoy que han sido 790 los acusados por el 11j. De ellos, 55 son adolescentes con edades entre 16 y 18 años. Las condenas efectuadas alcanzan hasta 30 años de cárcel. El control cibernético se ha endurecido. El próximo mes de abril se discutirá un anteproyecto del código penal para poder encarcelar por diez años a quienes reciban fondos o financien “actividades contra el Estado y su orden constitucional”

Motivos suficientes existen para que cunda el pánico. Pero algo similar ocurrió en la primavera negra en el 2003, cuando apresaron sorpresivamente a 75 disidentes y periodistas independientes. El miedo paralizante no pudo evitar las posteriores acciones de rebeldía que culminaron en un 11j. Ello indica que la esperanza no debe perderse. La esperanza de quienes pensaron que los manifestantes podían derrocar el Gobierno, sí se frustró y lo fue porque la historia indica que ningún régimen totalitario ha sucumbido a un movimiento de rebeldía interno.

El fascismo fue arrasado por fuerzas externas; la comunidad de naciones que se vieron amenazadas. En Cambodia, su vecino no soportó las incursiones militares a su territorio. Pero el “campo socialista” resistió todas las acciones de rebeldía como las originadas en Hungría y en la RDA. Ni siquiera el bien organizado sindicato polaco, con el apoyo del Clero pudo derrocar a su Gobierno. Tuvo que producirse una implosión en la Unión Soviética para que cayeran, como fichas de dominó y también por medio de implosiones, los gobiernos comunistas de Europa. El fenómeno se produce sencillamente porque el socialismo real no funciona, ni siquiera para quienes lo dirigen. Ello no significa que es un proceso automático. Las presiones externas e internas aceleraron y determinaron el desenlace. En Cuba, a pesar de los alardes de fuerza e intransigencia del Gobierno, este ha reaccionado solamente ante presiones. Los tímidos cambios ocurridos en la Isla fueron consecuencia de la caída de los gobiernos de los “países hermanos”, y en consecuencia la desaparición de los abultados subsidios. Luego apareció un salvador en Venezuela y los cambios se detuvieron hasta que la economía de Venezuela sufrió el impacto que producen las medidas socialistas. El descongelamiento de las relaciones con USA, propiciado por el presidente Obama, repercutió en un aumento de la represión y la paralización de cambios económicos. Por el contrario, el 11j obligó a las autoridades cubanas a conceder medidas económicas largamente reclamadas y a dedicarle tiempo y medios a barriadas empobrecidas. El Gobierno solo afloja su mano del cuello del Pueblo cuando le aprietan el suyo.

Lo anterior conduce a que la estrategia general contra el totalitarismo cubano debe basarse en presionarlo para hacerle perder Poder, hasta que quede sin el necesario para continuar gobernando y esto es un proceso largo. No nos ilusionemos.
El 11j ha incentivado a la comunidad de cubanos que vivimos en el extranjero a emprender acciones en ese sentido. Han sido muchas las iniciativas formuladas y puestas en práctica. Lo esencial es que exista una coherencia y amplitud de las iniciativas que proporcionen el más duro golpe a la dictadura cubana. Aquí la unidad de acción reviste la mayor importancia. Esta unidad de acción no puede ser enturbiada por ideologías y alergias personales.
Existe el peligro de marginarnos entre cubanos de derecha e izquierda, entre los que apoyan las sanciones al Gobierno y los que no lo apoyan. También pueden derrumbar el entusiasmo iniciativas carentes de factibilidad; Ellas son las que exigen a la población cubana, instituciones internacionales o a Estados, acciones que no van a ejecutar porque sus riesgos e intereses no se lo permiten. Para identificar estas iniciativas se requiere empatía. Ponerse en lugar del sujeto, del cual recabamos su apoyo y determinar si estaríamos en disposición de actuar, asumiendo las consecuencias. Cuando una iniciativa fracasa, cunde la decepción. En cuanto a las divisiones producidas por la diferencia de ideas políticas o económicas, ellas son inevitables, pero no deben impedir asumir y apoyar iniciativas que verdaderamente resulten efectivas. La unidad frente a la dictadura no es de pensamiento sino de acción. No resulta importante quien convoque sino si la acción puede ser efectiva. Este criterio definirá nuestra responsabilidad frente al drama cubano.

Ya están en camino una serie de iniciativas que pueden encontrar apoyo en todos los cubanos que aspiramos a una Cuba libre y democrática:
La primera de ella consiste en exigir la libertad de los presos políticos. Libertad sin condiciones porque manifestarse pacíficamente no es un delito. Los que incurrieron en desórdenes o se enfrentaron a las autoridades policiales que los reprimían, han pagado sobradamente sus culpas en el tiempo que han estado en la cárcel. Tenemos una deuda con ellos que no podemos eludir.
La represión tiene sus ejecutores directos. Policías, segurosos, incluso civiles, aprovechando la impunidad que le brinda el Gobierno se han destacado en el abuso de la fuerza contra gente indefensa. Pero también autoridades, cuya función es el establecimiento de la justicia participan de esta orgía. Son jueces y fiscales quienes han impartido condenas draconianas y rechazado solicitudes de Habeas Corpus. El medio independiente YucaByte se encuentra revelando los rostros y nombres de estos administradores de injusticia. También la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC) ha incluido en su base de datos los nombres de estos funcionarios. Toda forma de revelar la identidad de represores y difundirla resulta contundente, para que ellos sufran el miedo que tratan de imponer a los demás. Deben sentir el aliento del Pueblo sobre sus nucas. Deben saber que son y serán considerados esbirros de una tiranía.
La  ONG Prisoners Defenders presentó ante el parlamento europeo la denuncia de médicos cubanos por la explotación que sufre estas personas en las llamadas misiones médicas. El principal ingreso en divisa que ingresa en las arcas del Gobierno, lo representan las misiones médicas en el extranjero. Exigir que se reembolse los trabajadores de la salud el salario que paga el país usufructuario del servicio, al igual que se efectúa con otros extranjeros es de elemental comprensión para cualquier país o institución democrática. Esta práctica clasifica como trata de personas en el siglo XXI. Difundir esta idea, tanto en Cuba como en el resto del mundo y principalmente en los países que disfrutan este servicio debe ser una iniciativa fundamental.
Cuba se encuentra inmersa en una estampida inflacionaria, originada por la enorme diferencia entre el efectivo en manos de la población y la oferta de productos. Ella ha sido agravada por la puesta en vigor de la llamada Tarea de Ordenamiento, la cual ha disparado los precios muy por encima del poder adquisitivo de los salarios. Alimentando aún más la inflación, el cambio de un dólar en el mercado negro ha alcanzado la cifra de 100 Pesos. Las razones son varias; El Gobierno prohibió los depósitos bancarios en dólares, argumentando que disponen de esa moneda en exceso porque a causa de las sanciones económicas de USA no pueden realizar pagos en esa moneda física. Paradógicamente, recaudaron todos los dólares que les fue posible recaudar junto a la referida disposición. El envío de remesas procedente de USA se ha reducido dado que el Gobierno se niega a entregar su distribución a instituciones civiles del Estado y pretende continuar entregando a los militares estos recursos. Recursos que representan el segundo renglón de ingresos en divisas en el país. Por otra parte, la demanda de dólares se ha incrementado con la decisión de Nicaragua de eliminar el visado a viajeros cubanos. Ahora se requieren dólares para facilitar la fuga. Acciones que logren aliviar la situación de los ciudadanos en la Isla y al mismo tiempo resten Poder al Gobierno, tienen la ventaja de hacer partícipes del empeño a esos ciudadanos. No olvidar que la mayor presión, la decisiva, es la que se ejerza desde adentro. En ese sentido pueden emprenderse varias iniciativas:

_ Exigir que la distribución de remesas la efectúen instituciones civiles del Estado y que las mismas se entreguen al destinatario en la moneda enviada.
_ Exigir que los bancos cubanos venden dólares a la población. Dólares que según declaraciones del Gobierno carecen de uso práctico, pero la población si sabe qué hacer con ellos.
_ Exigir el cierre de las tiendas en divisas porque la población recibe su salario en Pesos.
Las iniciativas arriba relacionadas no tiene que ser las únicas ni las mejores. Son solo un ejemplo de acciones a tomar por todos los cubanos comprometidos con la libertad de Cuba.
Para hacer efectivas las iniciativas se debe efectuar una colaboración con todos los cubanos. En ese sentido se requiere utilizar las redes existentes o crear otras. Lo importante es que cada iniciativa involucre al mayor número de Organizaciones, Instituciones y países, para que se torne insoportable la presión sobre el castrismo en la Isla.

Emilio Hernández

Fuentes a consultar

#11JCuba: Al descubierto otro juez cubano detrás de la represión a los manifestantes | DIARIO DE CUBA

‘Trata de blancas’: Prisoners Defenders define las misiones del régimen cubano en el exterior | DIARIO DE CUBA