¿Unificación monetaria o eliminación de la doble moneda?

En este artículo se analizan los efectos de una tasa de cambio  en dos campos económicos: el de las empresas y el del consumo de la población. En las empresas, la tasa de cambio modifica el valor de los productos importados y con ello el costo y los precios de empresa. La tasa para los productos destinados al consumo minorista se utiliza para adquirir productos en tiendas especiales de recuperación de divisas (TRD), pagando en ellas con una moneda equivalente al dólar. Esta moneda puede ser adquirida en la moneda nacional de acuerdo a una tasa de cambio distinta y con una valoración muy diferente a la empleada en las empresas. Como consecuencia, circulan en Cuba dos monedas. El gobierno cubano pretende resolver este problema unificando ambas para dejar en circulación únicamente la moneda nacional.

La queja del General Raúl Castro en diciembre del pasado año al manifestar que la unificación monetaria no  podía dilatarse más, desató las alarmas e hizo suponer la inminente salida de circulación del Peso Convertible (CUC) o la devaluación de la referida moneda. Una avalancha de compras del Peso oficial cubano (CUP) obligó al Banco Central informar que no existía plan alguno de ejecución del supuesto objetivo. La reacción de la población tuvo su lógica, porque la unificación de las monedas podría implicar una disminución de la tasa de cambio actual de 24CUP por 1CUC, algo, que varios economistas vienen anunciando. Desde el año 2011 la dirección del Gobierno y el Partido Comunista han planteado la solución de este problema. Desde entonces se vienen discutiendo en el Gobierno y en la prensa modos de solución. Todos los comentarios  coinciden en que la dualidad monetaria existente constituye una  aberración económica, pero al mismo tiempo califican de muy compleja y arriesgada su solución. Los argumentos al respecto se señalan sintéticamente a continuación:

1_ El impacto del costo de insumos importados con una tasa de 24CUP:1CUC,  o cercana a esta relación, haría irrentables a la mayoría de las empresas estatales. Aquí se presupone que el costo material de  los insumos importados de las empresas estatales se multiplicaría por veinte veces o más

2_ A consecuencias del punto anterior, los bienes importados, así como los productos agropecuarios e industriales cubanos, de consumo  poblacional, subirían de precio, lo cual  conduciría a una inflación desmedida

3_ En empresas extranjeras ubicadas en el puerto del Mariel y para el pago de productos agropecuarios vendidos a instalaciones turísticas se utilizan  también el CUC, empleando diferentes tasas de cambio para su conversión al CUP. Esto complica aún más el problema de la doble moneda

Aberraciones económicas se manifiestan en todos los regímenes que intentan ignorar las leyes del mercado y el gobierno cubano empezó temprano. Cuando  Fidel Castro tomó el Poder, el CUP, que cuando aquello se le llamaba simplemente Peso, tenía el mismo valor que el dólar (USD) y por ello la tasa de cambio oficial era de 1Peso:1USD. El Gobierno continuó oficializando esta tasa hasta el presente, a pesar de que el Peso disminuyó su valor de intercambio desde los primeros años de la revolución.

Sobre la aberración original de mantener oficial una tasa obsoleta se habla muy poco. Sin embargo, emplear una adecuada a la realidad mercantil del país tiene una enorme importancia para la transparencia y efectividad económica, algo que requiere el inversionista extranjero y que estimularía tanto las exportaciones como la sustitución de importaciones. Lo que en realidad debe impedir hasta el momento la ejecución de esta medida, es que al devaluarse la tasa oficial 1CUP:1USD el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita revelaría a Cuba como el país más improductivo del continente americano.

El argumento descrito en el punto uno, de emplear la tasa 1CUC:24CUP en los costos de insumos importados  de las empresas estatales, carece en mi criterio de fundamento económico. Esta tasa se asienta en las relaciones de un mercado minorista con ofertas en extremo deprimidas, que no representan las relaciones económicas de la mayoría de las empresas del país. El renombrado economista  Pavel Vidal calculó una tasa de cambio, que incluye tanto  las transacciones comerciales internacionales cubanas así como aquellas que emplean la tasa 24CUP:1CUC y obtuvo una tasa promedio de 2,38CUP:1USD 1_/. 

Ello evidencia el mayor peso económico de las relaciones de intercambio de las empresas cubanas frente a  las  transacciones  en CUC. Me fundamento en las siguientes razones:

_ Las transacciones entre empresas se efectúan esencialmente en CUP

_ Estas empresas comercian los productos importados, los servicios productivos,  las materias primas, los productos finales que se destinan a la exportación y al consumo de la población, incluyendo los destinados a las ventas en las TRD

_ La canasta de productos comercializados en CUP, tanto en surtido como en volumen, supera considerablemente  la canasta de los productos comercializados en  CUC 

En Cuba existe experiencia sobre el cálculo y aplicación de una tasa de cambio. En la reforma de precios, puesta en vigor en 1981, se  introdujo una tasa de cambio basada en la relación exportación-importación. Es decir, se calculó cuantos Pesos se debían gastar en las exportaciones para adquirir un dólar de importación y con la misma se actualizaron los precios de empresas. Lo mismo puede repetirse en la actualidad sin la mayor complejidad, ponderando también las transacciones en CUC.   

El resultado  ofrecería una tasa inferior a dos dígitos. Ello  sería asimilable en la economía de las empresas y podría implementarse en corto tiempo. Las autoridades cubanas cuentan con dos instrumentos (el subsidio y el impuesto de circulación) que impedirían trasladar los cambios en los precios de empresa a los del consumidor. Pero si se decidiese transferir las modificaciones obtenidas, tampoco ello significaría una inflación desmedida. Lo que si resulta ineludible es sustituir la tasa vigente 1CUP:1USD por la que se emplee en las modificaciones de precios.

En el año 1993 el Gobierno despenalizó la posesión del dólar en poder de los ciudadanos  cubanos. En consecuencia, se incrementó el ingreso de divisas en el país y se crearon las TRD, donde comenzaron a ofertarse productos importados y con el transcurso del tiempo se  incorporaron productos nacionales, pero con precios similares a los extranjeros.

Para el mayor y rápido control sobre la divisa, se permitió oficialmente la compra de ellas utilizando una tasa similar a la existente en el mercado negro, que en un inicio llegó alcanzar 150CUP:1USD  y creando la nueva moneda CUC, equivalente al USD.  Desde el año 2005 esta tasa de cambio  se estabilizó con un valor fijo de compra de 24CUP:1CUC y venta de 25CUP:1CUC.

Fue lógico evitar la circulación de divisas paralela a la moneda oficial. Pero también sería lógica la práctica mundial de establecer el cambio directamente con la moneda nacional. Ello no se ejecutó de esta manera por razones puramente políticas. Se le transmitió a la población que las TRD  ofertaban productos a turistas y a personas que recibían dinero del extranjero, cuya recaudación por parte del Gobierno cubriría de mejor manera las necesidades del país.

La mayoría de las empresas estatales realizan sus transacciones en CUP, aunque empresas turísticas y de capital extranjero manejan sus operaciones en CUC. Las empresas estatales que adicionalmente realizan  cobros y pagos en CUC, registran en su contabilidad los CUC  con el mismo valor que los CUP (1CUC:1CUP). Esto, además de prestarse a la corrupción, distorsiona totalmente la contabilidad de las mismas.

A mi modo de ver el concepto de unificación monetaria es falso, porque ello significa  acercar los valores de cambio del CUP al CUC, lo cual no es otra cosa que desvalorizar el CUC de manera arbitraria. Esta “unificación” podría resultar atractiva para el gobierno cubano por cuanto implicaría un igualitarismo populista,  el cual no rendiría beneficios a nadie, solo perjuicio para los  tenedores de CUC. Los envíos de remesas se reducirían, así como los gastos de los turistas y la población acudiría a unas TRD aún más desabastecidas que en la actualidad. Elevar el poder de cambio del CUP requiere incrementos productivos, de productividad y de un abastecimiento de los mercados minoristas, que el país no dispone, ni podrá disponer en mucho tiempo, si no se efectúan cambios sustanciales en el sistema cubano.  

Por otro lado, no existe razón alguna para mantener la circulación del CUC. Desde el 2015 las TRD admiten los CUP como forma de pago a la tasa de 24CUP:1CUC. La gran contradicción que vive el ciudadano no es que cobra en una moneda y paga con otra de más valor. El verdadero problema se basa en que los salarios estatales no cubren las necesidades más imperiosas del trabajador. Eliminar la circulación  del CUC no incrementaría la  inflación ya existente, pero oculta, dado que los precios de las TRD no son objeto de registro estadístico. Sacar de circulación el CUC no requiere ejecutarse en un día, tampoco en una noche, basta comenzar a cambiar las divisas directamente en CUP hasta agotar los CUC circulantes. Las empresas que realizan transacciones en  CUC, incluyendo aquellas que pagan parte de los salarios en esa moneda, solo tendrían que efectuar y registrar en CUP sus pagos e ingresos, respetando las tasas que vienen empleando hasta el presente. Ello no tiene que inducir necesariamente  irrentabilidad en esas empresas, pero en los casos que la provoque, sencillamente, sería el reflejo de una realidad anteriormente ocultada. El caos de la multiplicidad cambiaria descrito en el punto 3 de este escrito se solucionaría también eliminando la circulación del CUC.  

Resumen
No es cierto que resulte compleja la solución de la doble moneda y la multiplicidad cambiaria. Carece de fundamento económico introducir la tasa 24CUP:1CUC en los precios de empresa. Calcular una nueva, bajo criterios económicos no conduciría a una inflación. Resulta necesario sustituir la tasa oficial 1CUP:1USD por la tasa que se emplee para valorar en la moneda nacional los gastos en divisas de las empresas. Devaluar el CUC no rinde beneficio alguno. Lo necesario es eliminar esa moneda y mantener la tasa de 24CUP:1USD para propiciar el cambio de las remesas y a los turistas. Las TRD se convertirían en tiendas de mercado paralelo, que en Cuba tienen historia. Las empresas que utilizan diferentes tasas de cambio para sus operaciones o pagos de salarios deberán realizarlos en CUP respetando las tasas empleadas anteriormente. Estas medidas no van a reportar cambios productivos y de bienestar económico, pero darían la señal que el país asume con seriedad la economía como categoría y no para propaganda o justificación política. Se revelarán ineficacias económicas, pero admitirlas es el primer paso para superarlas. Podrá conocerse la rentabilidad real de las empresas estatales para actuar en consecuencia y los inversionistas extranjeros se sentirán estimulados a contribuir a la tan necesaria capitalización del país.  
Emilio Hernández

Fuentes:
_1/ Vidal Pablo, “¿Qué lugar ocupa le economía cubana en la región?” http://www.obela.org/system/files/Cuba_%20Macro_PPP_BID_Pavel_1.pdf _ Sanguinety, Jorge A “Díaz-Canel en su laberinto” http://www.diariodecuba.com/cuba/1523395016_38636.html